Marco Palacios: “No puede ser política de Estado regalar plata”
Diálogo sin tapujos con uno de los grandes referentes del turismo argentino
Publicada 13/12/21Hace un año, Marco Palacios, expresidente de la Cámara Argentina de Turismo (CAT) y coautor de la Ley Nacional de Turismo de la Argentina, se retiró como empresario y dirigente, pero no de la política sectorial, de la que sigue siendo un apasionado. En una entrevista sin censuras con HOSTELTUR analizó las oportunidades de la Argentina en la pospandemia y también las políticas implementadas por el Ministerio de Turismo y Deportes. En ese sentido, avaló el programa PreViaje como medida de incentivo, pero señaló que no debe ser considerada política de Estado -como propusieron la cartera y la actual gestión de la CAT- y aseguró que debe segmentarse en una próxima edición.
¿Qué evaluación hace del estado actual del turismo argentino?
- ¿Te referís al turismo receptivo, al emisivo o al nacional?
Empecemos por el nacional.
- El turismo nacional en Argentina tiene como nunca una oportunidad histórica de crecimiento. Podemos a remontarnos a otras grandes crisis que vivimos, como la de las Torres Gemelas o la de la gripe H1N1. Y aunque ninguna se compara con esta pandemia, sí se parecen en cuanto a la reacción de la gente. Cualquier ruido que surge, al turismo lo paraliza, pero el “volver a vivir” tiene los mismos patrones: siempre comienza con el turismo nacional, sigue con el regional y después con el internacional. Por mi experiencia, ante una catástrofe, como puede ser un atentado terrorista, la gente se abroquela; y lo mismo con una gran crisis económica. Y empiezan a viajar muy de a poco. ¿Por qué? Porque creo que la gente viaja hacia lo conocido, hacia el lugar en el que se sienten seguros. ¿Y dónde es eso? En su casa (que es tu país), en su casa más dos pasos (los limítrofes) y finalmente en los mercados internacionales. Pero esto es sólo un abordaje y no quiere decir que todo el mundo reaccione de la misma manera. Por todo esto, creo que hay una gran oportunidad para nuestro turismo interno, y que el trade se tiene que cuidar, porque tenés que reconocer que no podés tener la misma tarifa para nacionales que para extranjeros. Tiene que haber diferenciación.
¿El programa PreViaje ayuda a que las agencias de viajes se queden ahora con una fracción del turismo interno que antes consumía de manera directa?
- El PreViaje hace eso, pero, en definitiva, se trata de un “che, vayamos que nos regalan el 50%”. Y está bien, porque si no no existirían fenómenos como el Black Friday. ¿Por qué esperás a ese día? Porque te llevás más barato el lavarropas. Me parece una herramienta interesante para despertar el interés, pero en la apertura de la FIT escuché que lo querían hacer ley y política de Estado…
Y no puede ser política de Estado regalar plata. No veo que sea el camino más indicado. Pero esa es mi opinión. Creo que ese dinero se puede utilizar bien. Repito que como medida de “boom” para despertar al mercado y ponerlo en funcionamiento es válida. ¿Tiene que ser política de Estado y repetirse para siempre? Y…, yo lo estudiaría…
¿En términos de receptivo la situación es diferente? ¿Existe todavía ese temor?
- No escapará a nadie que el avance de las derechas y de los movimientos antivacunas en el mundo generan una confusión entre no vacunarse y defender la libertad. Yo les diría: “Respeto tu libertad, pero vos no podés ir al mismo cine que voy yo, porque me podés contagiar y afectás mi libertad”. Partiendo desde este principio tan sencillo, lo razonable es que puedas no vacunarte, pero no hacer determinadas actividades, como le pasó a un furibundo candidato de la derecha en Argentina que se jactó de no vacunarse, pero lo tuvo que hacer para poder ir a trabajar al exterior. Entonces, estos movimientos siguen confundiendo y demorando la reactivación de las fronteras. Digamos, “si Argentina no te deja venir por no estar vacunado o vos no me dejás ir a España por esa misma razón”, hay pasajeros que se pierden. Hasta que algo de todo esto se solucione (y no va a ser la pandemia, porque llegó para quedarse), las líneas aéreas no van a volver. Y siendo Argentina un país de largo recorrido, cuyas llegadas tienen mucho que ver con el avión, es obvio que necesitamos tener más vuelos.
El emisivo argentino ya venía golpeado desde hace varios años, pero la situación cambiaria del país y el nuevo cepo a los viajes al exterior fueron calificados por el sector como “un golpe de knockout”. ¿Coincide en ese análisis?
- No, de ninguna manera. Como tampoco cuando dicen que nuestra balanza turística es deficitaria o que lo fue en los últimos diez años, como le escuché decir al ministro Matías Lammens. En la “Cuenta Turismo” están incluidos, por ejemplo, los gastos con tarjeta de crédito de los argentinos que gastan en el exterior: vos podés vivir en el exterior y tener una extensión de mi tarjeta, y eso es considerado como gasto por turismo, aunque se trate del taxi, la universidad, el alquiler de tus hijos o lo que sea. Este tipo de situaciones hay que terminar de aclararlas.
Si tenés que ponerles un impuesto, tiene que ser a esos gastos y no a la comercialización de los boletos. No pasa por ahí la pérdida de los dólares. Es distinto si tu balanza no es perdidosa o lo es por mucho menos de lo que se dice. La Secretaría de Comercio esto lo sabe perfectamente.
Las principales cámaras del sector, además de repudiar la prohibición de la venta de viajes al exterior en cuotas, calificaron a la medida como “ineficaz” para el control de divisas. ¿Está de acuerdo?
- La verdad es que yo no tengo esos números, por lo que hablar de eso sería irrespetuoso o poco inteligente. Lo que sí quiero decir es que si una entidad dice que “no tiene impacto”, la cosa es muy sencilla: vas a la fuente y le decís “nosotros representamos, por inventar un número, US$ 5 millones, está claro que “no tiene impacto”. Pero si representás US$ 3.000 millones, sí lo tiene. De nada sirve hacer una enunciación si no la apoyás con números concretos. Como dicen, “lo que se puede medir no se discute”.
De todo lo conversado hasta ahora se desprende que usted pareciera estar de acuerdo en líneas generales con las políticas del Gobierno de Alberto Fernández, pero que también hay otras que cree erróneas o al menos magnificadas por propios y ajenos.
- Mirá…, yo lo escuchaba a Lammens en FIT y decía “sé que esta medida es dura” y “vamos a ver”, y qué sé yo que más. Pero lo que quiso decir es “miren, el país tiene problemas de dólares por la herencia recibida y estamos en el medio de una negociación con el FMI que nos va a costar los pocos dólares que tenemos de reserva”. Por lo cual, ante la escacés, todo se explica perfectamente. Volviendo al punto anterior: todo este lío se acaba cuando vos mostrás cuánto es lo que se evita de salida de dólares. Hay que mensurarlo, y no está pasando. Y es grave, porque se le da mucha prensa, y entonces se politiza el tema.
Respecto al PreViaje también fue crítico recién…
- Como decía, la medida está muy bien para la reactivación. Pero después podemos discutir si la medida llegó a alguien que va al Llao Llao o al que va a una hostería en San Clemente del Tuyú. En todo caso habrá que hacer algunos ajustes.
¿Habla de una segmentación del PreViaje?
- Bueno, por ejemplo, del año pasado a este apreció una segmentación, porque a los jubilados en vez de reintegrarle el 50% les reintegran el 70%. Pero el tope de devolución son los mismos AR$ 100.000, como diciendo que un jubilado no puede vacacionar por más de AR$ 200.000. ¿Se entiende? Quizás para una versión 2022 haya que estudiar otro tipo de segmentación.
Yo sí creo que hay que segmentarlo, por supuesto. Ante la urgencia se lanzó como se lanzó y dio el resultado que dio, y por eso este año se quintuplicó: quiere decir que a la gente le encanta que le regales el 50% de su viaje.
Ya que mencionaba la apertura de la FIT, allí Lammens reiteró que tiene casi listo un proyecto de Ley de Inversiones Turísticas, que apunta a crear 250.000 puestos de trabajo. Y el titular de la CAT, Gustavo Hani, contó que ya hay diez puntos acordados. ¿Qué no puede faltar en una medida para crear trabajo en la industria?
- Uno tiene que alentar las inversiones y eso se hace con subsidios, siempre acordes al monto de la inversión. No me parece que haya que inventar nada. Y depende de qué rubro. Si sos operador o agente de viajes no necesitás nada, pero si sos hotelero o gastronómico, quizás sí. El ministro dijo que habían hecho o estaban haciendo una obra por provincia, y dijo que era la primera vez que se hacía. La verdad que sería bueno que revisen el Pfets (Plan Federal Estratégico de Turismo Sustentable), que dice claramente cuáles son las obras que hay que hacer y fue trabajado por 8.000 personas de la industria. Y creado por un Gobierno de la misma ideología que el que gobierna hoy.
¿Cree que debería retomarse el Pfets?
- No hay otra posibilidad. Tiene un relevamiento total de la oferta, por lo que te dice qué es lo que tenés y qué es lo que te falta. Trabajaron todos los sectores, y tiene una actualización cada cinco años, la última de las cuales llegaba hasta 2020.
A nivel nacional, y se hizo evidente en las últimas elecciones, se observa una puja interna en la coalición gobernante. ¿Pasa algo similar en Turismo?
- Yo la verdad no tengo idea, porque estoy retirado. Hace un año que dejé de ser empresario del sector. Lo que puedo decir es que cuando vos hacés una alianza, en general tenés uno o dos objetivos y, una vez cumplidos, hay que buscar la “sintonía fina”, es ahí donde aparecen las diferencias en las corrientes de pensamiento. Pero por todo lo que hablamos hasta ahora, parece claro que no existe esa “sintonía fina”. ¿Por qué no retomarías el Pfets, por ejemplo?
¿Por qué no se retoma?
- Es que yo no sé por qué no se hace; lo que sí sé es que no se hace. Y era una idea plasmada por 8.000 argentinos, por unanimidad de todas las provincias, de distintos colores políticos. Esta es sólo una de las cosas que no se han hecho, como tantos otros programas que tenía el ministerio.
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