Turismo LGBTIQ: Congreso de Guatemala archiva su ley “homofóbica”
Además del impacto en cuanto a derechos humanos, se esperaba un duro golpe en términos económicos y turísticos
Publicada 17/03/22Finalmente, acorralado por la presión social e internacional y por el cambio de opinión del propio presidente Alejandro Giammattei, el Congreso de Guatemala archivó la ley que prohibía el matrimonio igualitario y la educación sexual en las escuelas, a la vez que endurecía las penas para las mujeres que abortaran. Especialistas de todo el mundo habían advertido del fuerte impacto que esa decisión “anti-LGBTIQ+” tendría en términos económicos y en turismo.
El 8M (8 de marzo), Día Internacional de la Mujer y fecha icónica para la lucha por la igualdad de géneros, el Congreso de Guatemala había aprobado la “Ley para la Protección de la Vida y la Familia”, la cual prohibía el matrimonio entre personas del mismo sexo, suprimía la educación sexual integral en las escuelas y endurecía severamente las penas para las mujeres que suspendieran voluntariamente su embarazo, e incluso se establecían escollos para los casos en que la vida de la persona gestante esté en riesgo.
Y todo esto, respaldado por el Poder Ejecutivo guatemalteco, liderado por el presidente Alejandro Giammattei, que tenía todo listo para declarar al país como “Capital Iberoamericana Provida” (también promovida por los legisladores), lo que garantizaba la promulgación.
La respuesta fue inmediata. Masivas protestas en las calles, fuertes críticas por parte de la comunidad y la prensa internacional y también la advertencia de los fuertes efectos que esa medida tendría en términos económicos en uno de los países que más lentamente se recupera en Centroamérica y el Caribe.
Tal vez uno de los mayores impactos podría producirse en el turismo. Tal como lo viene contando HOSTELTUR, los principales líderes del mundo en materia de turismo LGBTIQ+ manifestaron su rechazo y advirtieron que los viajeros de esta comunidad a lo largo del planeta podrían no querer visitar Guatemala por no sentirse bienvenidos.
Y es que la contramarcha con relación al resto de la región era muy evidente. Hasta Cuba, uno de los países históricamente más cerrados a la diversidad de género, se encuentra en pleno proceso de apertura.
Pero, como se señalaba, la presión social e internacional dio resultado, forzando primero al presidente Giammattei a desligarse de la ley y de la iniciativa para la declaración como capital provida y a amenazar al Congreso con vetar la ley en caso de que no se archivara. Finalmente, los legisladores volvieron a tratar el asunto y la medida calificada como “homofóbica”, “anti-LGBTIQ+” y “antiderechos” fue archivada por el Parlamento.
Desde luego, la medida fue celebrada por el segmento, sin dejar de señalar que se trata de un fuerte mensaje para toda las Américas, en el sentido de que varios estados de los EEUU también están avanzando en medidas restrictivas.
La bienvenida es el respeto
A través de la Cámara de Comercio LGBT de la Argentina (Ccglar), HOSTELTUR pudo acceder a una gran cantidad de manifestaciones en contra de la medida, pero también análisis de cómo las medidas “no inclusivas” tienen un alto costo para los destinos que las implementan.
En ese marco, desde los EEUU, Thomas Roth, CEO de Community Marketing & Insights (CMI), la consultora global más importante del segmento, considerado el máximo referente en materia de investigación del turismo LGBTIQ+, afirmó: “Community Marketing & Insights ha estado produciendo estudios de investigación sobre turismo LGBTQ durante tres décadas. Una tendencia en particular llama la atención en esta consideración: los viajeros LGBTQ ‘votan con sus billeteras’ y gastan sus fondos para viaje en destinos acogedores”.
“Una de las características clave de esa ‘bienvenida’ es que el país trate a su propia población LGBTQ con dignidad y respeto. Negar a dos personas el derecho a codificar su amor en el matrimonio es una señal segura de que el país no respeta a sus propios ciudadanos y, por lo tanto, no merece la visita de el tan buscado consumidor de viajes LGBTQ", explicó.
Y, en ese mismo aspecto, agregó: “Hay que tener en cuenta también el hecho de que los consumidores LGBTQ marcan tendencias. A donde van los LGBTQ, la población en general los sigue. De manera similar, si los viajeros LGBTQ evitan un destino, hay muchos entre la población en general que seguirán su ejemplo y también evitarán el destino”.
Tres miradas desde Europa
Desde Alemania, Dirk Baumgartl, Head of Travel Content & Strategy de BLU Media Network GmbH, editor en jefe de Spartacus y experto en el segmento, opinó que “las nuevas leyes o restricciones para la comunidad LGBTIQ+ no sólo son un revés para las comunidades locales, sino que también tienen un gran impacto en la imagen de un país para estos viajeros”.
De hecho, subrayó que “la preocupación por la seguridad siempre es importante para los viajeros queer y, si tienen la impresión de que el país que les encantaría visitar tiene leyes homofóbicas o transfóbicas, podrían elegir un país más acogedor”.
“Durante los últimos años, países como Argentina, Brasil, Colombia y Uruguay moldearon la imagen de América del Sur como una región acogedora para la comunidad LGBTIQ+ de todo el mundo, mediante la introducción de leyes contra la discriminación y el matrimonio entre personas del mismo sexo. Y es triste ver países que intentan retroceder en la historia", se lamentó Baumgartl.
Por su parte, el italiano Giuseppe Giulio, Marketing & Sales Manager de GayFriendlyItaly, prefirió abordar el tema desde una perspectiva positiva, es decir, no enumerar los efectos negativos de las medidas restrictivas, sino mostrar el panorama de desarrollo que se propicia con la apertura.
“El matrimonio entre personas del mismo sexo para las parejas LGBTQ+ podría ayudar al país a desarrollar su competitividad económica y facilitar un entorno para que las empresas prosperen. Permitir todo esto también podría darle a Guatemala una forma de ‘poder blando’ para desarrollar una estrategia futura para atraer a otros turistas LGBTQ+ en el país”, resaltó.
Asimismo, el especialista italiano añadió: “Todavía estamos en tiempos de pandemia, por lo que es difícil predecir cómo se verá afectada la industria del matrimonio. Creo que con el tiempo sí veremos un impacto positivo, pero sólo con un programa específico de enseñanza de la diversidad. También veremos cómo les importa a las próximas generaciones, especialmente a los millenials y la Generación Z, la cual tiene un sentido de conciencia global sin igual: se mueven cómodamente a través de las fronteras y, sobre todo, ven los viajes como una prioridad”.
Y, finalmente, Rika Jean-François, Comisionada de Responsabilidad Social Corporativa de la propia ITB Berlín, también decidió hacer su aporte al análisis de este caso, que parece llegar a su fin. Y, a modo de introducción, indicó: “En ITB Berlín también creamos conciencia sobre los derechos humanos en el turismo, ya que creemos que sólo una actitud responsable hacia nuestro planeta y su gente puede garantizar un desarrollo turístico sostenible que puede ayudar a las comunidades a prosperar”.
“La prohibición del matrimonio entre personas del mismo sexo, la penalización del aborto y la eliminación de la enseñanza sobre diversidad en Guatemala posiblemente hubieran provocado una grave disminución de la afluencia turística a la región, ya que seguramente dañaría su buena reputación”, aseveró.
Y dejó un mensaje para otros países de la región que intenten implementar políticas similares: “Guatemala es signataria de la Convención Americana sobre Derechos Humanos y está legalmente obligada por las sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que en 2018 dictaminó claramente que el matrimonio entre personas del mismo sexo es un derecho humano. Por lo tanto, es una buena noticia que el Congreso de Guatemala anule esta ley discriminatoria, ya que podría haber causado un impacto muy negativo en la imagen del país como un destino turístico acogedor”.
La “no inclusión” sale cara
En efecto, archivada la ley, el sector busca ahora que lo vivido en estas últimas semanas no pase desapercibido, sino que, por el contrario, se visibilice para sentar las bases de un camino de progreso y apertura en el turismo LGBTIQ+, desde luego, además de en las propias sociedades.
Pablo De Luca, presidente de la Ccglar y artífice de la rápida respuesta de los principales líderes del segmento en el mundo, opinó: “La ‘Ley para la Protección de la Vida y la Familia’ hubiera sido un retroceso de los más grandes que viviría una sociedad en América Latina, la región del mundo que, por el contrario, viene desde hace más de una década siendo vanguardia en la generación de políticas públicas de igualación de derechos. Una vez más la rápida acción de activistas, organizaciones, medios y de la sociedad misma en Guatemala y en la región, pone freno a través de la reciente decisión de su presidente de dar marcha atrás y archivar esta ley regresiva”.
“Viajeras y viajeros de nuestra comunidad LGBTQ+, y empresas de nuestro sector del turismo y la hospitalidad miramos con atención y recelo lo que suceda en Guatemala. Las economías de nuestra América Latina (y especialmente las de Caribe y Centroamérica) no pueden permitirse pagar el precio de la exclusión, que para esa sola región alcanza a más de US$ 4.300 millones al año”, subrayó.
Como cierre, citó las palabras de la escritora y periodista Rosie Spinks: "El acto de viajar es inherentemente político. Ya sea por la fortaleza de tu pasaporte, el país al que viajes o cómo se decide gastar nuestro dinero al llegar, cada decisión tiene ramificaciones que van más allá de un bronceado o un recuerdo de Instagram. Pero especialmente para viajeras y viajeros LGBTQ, la política de dónde vacacionar puede ser mucho más tensa”.
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