Rock in Rio vendió tres veces más paquetes que en la edición anterior

Unas 100.000 personas asistirán cada día al festival Rock in Rio, que se desarrollará desde el viernes 18 al domingo 27 de septiembre. El 46% del público será de fuera de la ciudad, muchos de ellos extranjeros, según las autoridades locales.

De las 100.000 personas que se espera cada día unos 85.000 serán espectadores y otros 15.000 serán trabajadores en el evento.

Cerca de 14.000 paquetes turísticos fueron vendidos para el festival afirmó el secretario municipal de Turismo, un número que triplica al del año 2013, la última vez que se celebró el festival.

Así, la ocupación de los hoteles de Rio de Janeiro debería alcanzar un promedio de 70%, un número considerado “bueno” por el secretario Antonio Pedro de Mello, teniendo en cuenta que para Rio de Janeiro esta es una temporada de baja actividad. “Vivimos un momento de crisis y es en estos momentos que vemos la importancia de los grandes eventos para la economía de la ciudad”, manifestó.

El festival celebra sus 30 años.

Unos 950 agentes controlarán el tránsito, con el objetivo de garantizar la fluidez, prevenir el estacionamiento en lugares prohibidos, ordenar los cruces, orientar a peatones y dar apoyo en los bloqueos que se realizarán en Barra da Tijuca, la zona en la que se desarrollará el festival.

De hecho, se recomienda a los asistentes que usen el transporte público para ir al festival debido a la serie de calles cerradas y prohibiciones de estacionar, así como el acceso restringido a quienes viven en la zona.

Por primera vez el público de Rock in Rio tendrá este año un sistema de transporte especial, con ómnibus de tráfico rápido, llamados BRT. Los pasajeros que embarquen en la terminal Alvorada recibirán una pulsera que habilitará el embarque directo al regreso, haciendo más ágil el acceso. Para usar el transporte se necesita la tarjeta RioCard, que puede ser adquirida en la misma terminal Alvorada.

Una estación temporal de BRT será instalada junto a la Ciudad del Rock, así como un punto especial para el acceso de los taxis.