Argentina: llega a 54% el costo fiscal sobre el margen de intermediación en agencias

El año 2014 cerró en Argentina con 5.120 agencias de viajes legales frente a las 4.883 del 2013, y ese saldo de 237 hizo crecer un 4,9% la cantidad de empresas registradas en el MINTUR. Del total actual, 58% declara ser exclusivamente minorista, el 19% sólo mayorista y un 23% ambas.

Según los datos presentados en el Congreso de Agentes, el año pasado se dieron de baja 221 agencias, sin embargo en palabras de Singerman “la cantidad de altas tuvo el mayor crecimiento de los últimos 20 años” ya que se registraron 458 nuevas empresas.

Más allá de ese aumento en el número de agencias, el economista a cargo del OEA.TUR, reconoció que la situación que se vivió en 2014 “fue difícil”, no solo la coyuntura económica nacional e internacional, sino porque las empresas estuvieron –y están- frente a una competencia “que no podemos llamar desleal pero sí desventajosa” como es el caso de las online extranjeras que ofrecen tarifas menores y “que no tributan en Argentina”.

Pablo Singerman.

Si a la competencia con las OTAS extranjeras se le suma la incidencia del costo fiscal sobre el margen de intermediación, “la situación es compleja y se ve afectada la competitividad” de las empresas, sobre todas de aquellas que trabajan el emisivo.

“Como el tipo de cambio de tus operaciones está aumentando pero a un ritmo menor que el costo en pesos, se está reduciendo ciertamente la rentabilidad del agente de viajes”, señaló Pablo Singerman, detallando que entre abril del 2014 y marzo del 2015 “el aumento del tipo de cambio oficial fue del 10,1% y en ese lapso el incremento salarial fue del 31,4%. Si nosotros hacemos el cálculo terminamos viendo que la incidencia del costo fiscal sobre el margen de intermediación para las agencias de viajes es del 54%”, porcentaje que si se compara con países de la región es muy superior.

¿Cómo se puede resolver esa pérdida de rentabilidad por operación? “de una sola manera –responde Singerman- si no es vía mejoramiento del tipo de cambio, que no depende del agente, no queda otra que vender más. Se soluciona con volumen”, pero para eso se necesitan más empleados y vuelve a entrar en juego la variable precio y la competencia con empresas extranjeras.

A su vez, remarcó que esto no pasa en otros eslabones de la cadena porque “el agente de viajes es un empresario que acepta lo que el mercado le indica y no puede formar precios”, entonces “tiene que reconvertir su negocio, porque ya no les conviene vender solo boletos de avión, el valor agregado es su diferencial. Desde hace años se viene batallando por el cargo de gestión, los honorarios por sus servicios profesionales” y concluyó diciendo que para esto hay que pensar productos novedosos y sobre todo ofrecer profesionalismo.