Avances en viajes y turismo entre Cuba y EE.UU. están limitados por el embargo
Impacto del embargo es de US$ 4.680 en pérdidas en menos de un año
Publicada 16/09/16Cuba/ La complicada madeja de leyes que sustenta el cerco de los Estados Unidos contra Cuba continúa afectando a todos los sectores de la economía de la Isla y perjudica también logros reconocidos de la incipiente relación bilateral en viajes y turismo.
Un informe de Cuba a la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre el impacto de esas leyes entre abril del 2015 y marzo de este año evalúa las pérdidas económicas en más de US$ 4.680 millones. Según explicó el canciller Bruno Rodríguez Parrilla, al presentar el informe en La Habana, el monto ha sido “calculado con una metodología reconocida incluso por prestigiosas instituciones norteamericanas“.
En varios momentos de la presentación, el canciller mencionó los contratos de administración hotelera con compañías norteamericanas, la reanudación de los vuelos comerciales directos, el establecimiento de algunos contratos de servicio en el ámbito de las telecomunicaciones y los diálogos y la cooperación en ámbitos de mutuo interés como pasos positivos en la relación bilateral, aunque destacó que mientras exista el bloqueo los avances tendrán un alcance limitado.
El canciller cubano subrayó también que Barack Obama se ha comprometido a involucrarse en un debate para derogar el bloqueo con el Congreso —único mandatado para eliminar las medidas que lo conforman— y ha hecho uso de las prerrogativas ejecutivas que tiene como Presidente, “pero ello solo modifica de forma limitada algunos elementos de la aplicación de la injusta política".
De hecho, el bloqueo ha marcado el más notorio de los nuevos vínculos bilaterales después de la histórica visita de Obama a La Habana. El restablecimiento gradual de las conexiones aéreas suspendidas por más de 50 años ha sido limitado por la prohibición de hacer turismo en Cuba que pesa sobre cada ciudadano de los EE.UU.
Las aerolíneas han tenido que instrumentar un sistema para asegurarse de que cada pasajero que viaja a la Isla esté comprendido en la licencia especial concedida a 12 categorías de ciudadanos norteamericanos y, pese a la gran demanda y a la expectativa generada por los primeros vuelos, rara vez cubren todas las capacidades. Lo mismo ocurre a los cruceros norteamericanos que tocan Cuba, que han debido organizar rutas para cumplir con las leyes del bloqueo —el Impact Travel, con peso en el trabajo social y medioambiental— y pasar de largo frente a las playas cubanas.
La icónica Starwood, primera compañía estadounidense en obtener contratos de administración hotelera en Cuba, también es víctima de las numerosas trabas que el embargo impone al simple tráfico de mercancías.
Pese a tener a sus proveedores a solo 90 millas de sus nuevos hoteles en Cuba, pudimos comprobar que aun no ha logrado materializar su administración en su nuevo hotel frente al Parque Central de La Habana, prevista inicialmente para el 31 de agosto. Los insumos que según dijo a la AP a finales de julio debían llegar a Cuba a principios de septiembre, aun no están disponibles.
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