Decálogo de los males del turismo rural en España
Dispersión normativa, falta de unidad, criterios diferentes o intrusismo, entre las quejas
Publicada 16/03/11- ¿Propietarios o empresarios de turismo rural? La visión y el modelo de negocio varían en función de este factor
A raíz de la noticia "El turismo rural no logra poner orden en su oferta", publicada por HOSTELTUR el pasado 9 de marzo, así como de varios posts creados en la Comunidad Hosteltur, se ha generado un intenso debate en la red donde han participado decenas de propietarios de establecimientos rurales. A continuación ofrecemos una síntesis de los comentarios, recogidos a modo de decálogo.
1) Falta de un sistema de clasificación homogéneo para toda España
Numerosos propietarios de casas rurales, así como asociaciones del sector, consideran que la falta de un sistema de clasificación homogéneo para toda España (similar al sistema de estrellas de los hoteles) supone un problema de cara al cliente. "A pesar de que las competencias de turismo estén en las autonomías y que un hotel de 4 estrellas gallego es diferente a uno valenciano, esto, solo esto, las 4 estrellas, sirve de referencia al turista, y sobre todo, a los canales de distribución que son, al final, los que utiliza el cliente", indica un lector. En cambio, otros creen que no hace falta un sistema de categorización por espigas.
2) Disparidad de criterios en la normativa
Según exponen los lectores, en diferentes puntos de España "también pueden ser 'casas rurales' tanto apartamentos en pueblos como chalés de primera construcción". También hay hoteles, cabañas o apartamentos que en la publicidad propia o de grandes agencias de viajes se dan a conocer como "Turismo rural", lo que confunde al consumidor sobre lo que realmente significa este tipo de alojamiento.
3) Estancamiento de las pernoctaciones y aumento de la oferta
El número de pernoctaciones se mantiene más o menos estable, con altibajos, desde el año 2006 (entonces se contaron 7,43 millones de estancias). Sin embargo, la oferta no ha dejado de aumentar. Hace cinco años, había 96.000 plazas de turismo rural y hoy son 131.000. Es decir, se ha producido un incremento del 36% desde 2006.
4) Casas que cierran después de haber recibido la subvención
Chema Herrero se pregunta en la Comunidad Hosteltur "¿Cómo es posible que uno reciba una subvención y al cabo de unos años cierre el negocio y punto?¿ Que durante los años de apertura, nadie se preocupe de saber si la razón por la que se le dio esa subvención se cumple?". En suma, dice, "Muchos soñadores se han quedado en el camino, otros sufren a diario para encontrar como llenar sus alojamientos y otros... otros han cumplido su otro sueño que no era otro que el de incrementar su patrimonio cerrando su negocio después de cubrir el expediente, sin haber sido partícipe de nada de la idea inicial de todo esto".
5) Falta de una auténtica cultura de subvención
María Nota expone en la Comunidad Hosteltur que "en España, no hay cultura de subvención", a diferencia del turismo rural en Francia, en el sentido de comprender bien qué significa y asumir responsabilidades. Así, expone, esta cultura debe ser asumida "por parte de quién la da: que la subvención corresponda a una voluntad política cierta, pensada con cabeza, estructurada, y anclada en un proyecto de desarrollo a plazo largo, que incluye las herramientas de control y de evaluación, antes y después". Y por parte de los beneficiarios: "Que haya una educación y sensibilización. Que una subvención no es un chollete sino una ayuda a las mejoras y al desarrollo, que implica unas obligaciones y compromisos. En caso contrario, es tirar el dinero por la ventana, o por lo menos, llenar el bolsillo de unos listillos".
6) Falta de implicación de grandes turoperadores
Arturo Crosby sostiene que la apuesta por una “marca”, “emblema”, “logotipo” o “seña de identidad”, debería ir enfocada mucho más al branding que a la normativa. En este sentido, indica "solo imaginar, por ejemplo, ¿cuánto ganaria una empresa local con un sello, digamos de TUI?"
7) Disparidad de criterios entre "empresarios" y "propietarios"
"El turismo rural tiene mucho propietario pero muy poco empresario" es una frase que corre por el sector. Pero según recuerda un propietario, "el turismo rural se creó como un apoyo a la economía familiar. Dudo que un empresario (serio) montase un negocio que solo funcione 8 dias al mes (4 fines de semana). Un propietario sí puede soportarlo porque tiene su trabajo y sus ingresos (un empresario no)". De ahí que ambos colectivos muestren criterios y prioridades diferentes.
8) Falta de complicidad entre sector público y privado
Es una de las quejas más extendidas en todos los comentarios efectuados por propietarios y empresarios del turismo rural. Uno de los posts más ilutrativos es "La burocracia matará los proyectos", donde un grupo de emprendedores expone cómo desde 2007 intentan crear un proyecto de turismo rural sostenible, hasta que finalmente, después de múltiples reuniones, gestiones y peticiones frente a la Administración, han conseguido la licencia de obras en 2011.
9) Escasa implicación de las casas rurales con las asociaciones
En la actualidad existen en España 14.300 alojamientos de turismo rural, según el INE. De ellas, 4.000 establecimientos están integrados en la Asociación Española de Turismo Rural (ASETUR). Pero al margen de las cifras, muchos comentarios de propietarios dejan entrever una crítica hacia las asociaciones, mientras otros por el contrario reclaman más participación en las asociaciones para defender los intereses del sector.
10) Intrusismo
Luis Blázquez indica que "respecto a los 'ilegales' es un problema sin solución por parte de las Administracciones, las cuales se pasan el balón de unas a otras. Y no actúan, según ellas, porque no hay denuncias contra esas ofertas ilegales". También numerosos propietarios apuntan que las casas rurales deben hacer frente "al otro turismo rural" y a sus ofertas con precios muy agresivos.
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