Un post de Luis Javier Alonso

Destinos low cost: ¿turismo de borracheras inevitables o hay una salida?

Apuntes sobre el mal llamado "turismo de borracheras"

Publicada 17/08/11
Destinos low cost: ¿turismo de borracheras inevitables o hay una salida?

Lloret de Mar se ha convertido en ejemplo de cómo un destino turístico puede perder el control sobre si mismo, sobre su producto, su comercialización y su promoción, y poner así en riesgo la supervivencia de muchas empresas. En este post, Luis Javier Alonso expone que no todo el turismo low cost es sinónimo de fiesta sin fin y borracheras, y de que un destino en esta situación puede tener una salida. Apuntes sobre el mal llamado "turismo de borracheras".

A raíz de los recientes altercados producidos en Lloret de Mar que se vinculan directamente con la oferta turística de este destino del Mediterraneo español, se ha abierto un intenso debate sobre las causas y posibles soluciones ante situaciones como éstas. La relación directa de los incidentes con la afluencia masiva en este destino del denominado "turismo low cost", pone en riesgo el futuro de un segmento turístico que ha permitido durante años la supervivencia de cientos de pequeñas empresas y ha generado miles de puestos de trabajo en su ámbito de influencia.

No creo que el turismo de bajo coste haya de tener una relación directa con el denomindado "turismo de borrachera". Todo depende del perfil turístico que se vaya buscando a la hora de la venta. Si lo que se busca son adolescentes que vengan, a un precio ridículo, a emborracharse a España, huyendo de las medidas restrictivas que el alcohol tiene en su país, claro que se encuentran, a miles... También hay muchos turistas que buscan ofertas de bajo coste y no tienen entre sus dedicaciones la de destrozar el mobiliario urbano o tirar piedras a los agentes del orden.

Lo que sí es cierto es que los paquetes turísticos que congregan a miles de descontrolados en determinadas zonas veraniegas no son ficticios ni virtuales y que están en el mercado, de la mano de determinados turoperadores que mantienen su oferta en sintonía con servicios turísticos de la zona dispuestos a tragar con todo a cambio de llenar sus hoteles, sus restaurantes o sus locales de ocio nocturno. Que nadie se ponga un pañuelo delante de los ojos, ni trate de que los demás creamos que esto es fruto de la coincidencia o del destino no escrito. Si lo que se quiere es conseguir turistas que contribuyan a la rentabilidad económica, sin poner en riesgo la reputación del destino, ello no es posible con ofertas desmedidas, como la de todo incluido por 30 euros diarios o siete dias en la playa por 200 euros con transporte en avion incluido. Esto es absolutamente impresentable en un mercado que aspire a ser competitivo. Una cosa es bajar los precios para dar cobertura a turistas con diferentes niveles adquisitivos y otra, muy diferente, tirar por los suelos el mercado. España, como destino turístico de primer nivel, no puede consentir que bajo su paraguas promocional vayan este tipo de ofertas. De aquellos barros vienen estos lodos. No todo vale para llenar los destinos de turistas, sobre todo cuando de lo que se trata es de un sector estratégico en un país de cuyo prestigio turístico depende el nivel de posicionamiento en un mercado cada vez más competitivo

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Comentarios 4
Estimado Miguel, Por nuestra parte no ha habido ningún error al activar su comentario. Si no sale el contenido íntegro, el error se habrá producido al confirmar usted su publicación... La única opción es escribirlo de nuevo, si lo tiene usted ahí, o retroceder en el navegador, para recuperar el contenido íntegro. Quedo a la espera de lo que me diga. Gracias y un saludo,
Desconozco los motivos, pero no ha salido mi comentario íntegro, con lo cual queda bastante coja mi argumentación...
Creo que no se trata de ver las cosas "desde España" o "desde Catalunya", pues ambas visiones deberían ser iguales. Se trata de que "visto desde Andalucía", y en esto coincidimos aquí con la visión "desde España" que tiene Luís Antonio Alonso, autor de este excelente post, esto del turismo de borracheras es algo que ha existido siempre en mayor o en menor medida, pero el incremento actual es algo que coincide con la proliferación de las llamadas low cost, que no sólo lo son en cuanto a su gestión y organización interna, sino también -y esto es lo peor- en cuanto a su publicidad agresiva y a su habilidad para conseguir subvenciones que les permitan seguir manejando a su capricho los hilos de los flujos turísticos a una zona (para muestra ahí tenemos la relación de amor-odio entre Girona y Ryanair). A estos grupos de "indignados" adolescentes -que yo creo que no lo son tanto- se han unido últimamente los grupos de despedidas de solteros/as (Stag
Avatar Juan Campamar Juan Campamar hace 13 años
Un análisis entre lo cierto, lo probable y la crítica diferencial visto desde España supongo. En el tema de distribución no discutiremos ya que la argumentación tanto vale para Lloret, Salou, Palma de Mallorca, Benidorm, Málaga, etc... Pero claro pasa en Lloret (Catalunya) y depende de los sucesos esto es Spain o no lo es, cuando la economía aporta es Spain, cuando va mal o incide negativamente, se comenta soslayadamente o se confirma rotundamente que es Catalunya. Mas allá de la discusión, permítame Sr Alonso denominar Low cost a una tipologia de turismo a mi entender no se corresponde, deberíamos entender que Low cost es como se gestiona un centro de costes operativo (hotel, restaurante, línea aérea, etc.) no la tipologia de usuario. Se de zonas afectadas con el mismo problema, donde la tipologia de clientes es de alto poder adquisitivo, donde a cambio de los ingresos la tolerancia ofusca el resultado, siempre se ha valorado en el sector turístico y se justifican sus descalabros en función de los ingresos (ejemplo: en estos instantes el cliente Ruso es considerado cliente de alta rentabilidad y le garantizo que no beben solamente agua). Volvamos a la distribución, las nuevas tecnologías son en parte las facilitadoras del caos actual, hace escaso tiempo (para centrar un poco las referencias) podíamos controlar la oferta, conocíamos quienes operaban y como, hoy es imposible, entre las normativas (Bolkenstein) y la facilidad de penetración en los mercados de múltiples operadores, sin conocimiento de los productos y destinos donde la oferta parte del vocablo "gratis" y todo es posible por poco dinero, se confunde al mercado. Se necesita tiempo para ir ajustando (como siempre) la oferta y la demanda, algo que parece ser no tenemos demasiado, las operativas son a muy corto plazo. Lloret ofrece estos días un resultado que debería poner en alerta a otros destinos, lo que aquí ocurrió ya es historia, en la mayoría de editoriales y escritos que han aparecido estos últimos días, se vuelcan en señalar al responsable (típico de una cultura cristiana) y en señalar a una tipologia de turismo y a una actividad que forma parte de la oferta complementaria, otorgándole la categoría de exclusividad criminalizando a la oferta. En los días que han sucedido estos percances, además de este tipo de clientes implicados comparten destino con los 20 detenidos otros cien mil turistas. Es complicado opinar desde la distancia, sin tener conocimiento de lo que ocurre en realidad. La reflexión que hay que hacer, es que dado el nombroso flujo de personas que cada noche se concentran en un espacio relativamente pequeño, (una avenida de 300 metros) es debido a la buena gestión de estas concentraciones por parte de la policía local, Mossos de escuadra y empresarios de centros de ocio que velan por la seguridad y la diversión de los que quieran utilizar esta tipologia de servicios.