Iberia y el Sepla se enfrentan este jueves en la Audiencia Nacional

A finales del mes de junio, Antonio Vázquez, presidente del grupo IAG, holding de Iberia y British Airways, anunció a la junta general de accionistas que Iberia apelaría el laudo arbitral ante la AN por considerar, entre otras razones, que el árbitro se excedió en los términos de su mandato, especialmente en relación al Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas (Sepla) y que su aplicación “afectaría negativamente las facultades de los gestores de la compañía para alcanzar una adecuada base de costes para el negocio y que, por tanto, impedirá las oportunidades de su crecimiento futuro”.

Casi un mes después, el Sepla denunciaba a Iberia ante la Audiencia Nacional por incumplimiento del laudo. El sindicato de pilotos acusó a la compañía de aplicar sólo las medidas relativas a la reducción salarial -del 10% para toda la plantilla de pilotos y del 50% con respecto al salario actual para los nuevos que ingresen en la empresa- y al aumento de la productividad de los pilotos.

El conflicto entre la aerolínea y sus pilotos surgió a raíz de la creación de una nueva compañía para el corto y medio radio, Iberia Express, que desembocó en 18 jornadas de huelga y la cancelación de más de 2.000 vuelos, con un coste diario de tres millones de euros, y un impacto económico que asciende a 54 millones de euros.

El Gobierno decidió para poner fin al conflicto imponer un arbitraje obligatorio, tras el fracaso de mediación del exministro Manuel Pimentel, y designó como árbitro a Jaime Montalvo.

El laudo "estorba"

Si bien el laudo arbitral supone un abaratamiento de las operaciones de Iberia, la tesis del Sepla es que al grupo le estorba para justificar la reestructuración profunda que tienen proyectada para la aerolínea española.

El Sepla considera que los recortes de empleo en Iberia supondrán el desmantelamiento. El jefe de la sección sindical del Sepla-Iberia, Justo Peral, ha denunciado la intención de British Airways (BA) de "empujar" a la aerolínea española a "pérdidas" y su consecuente "desmantelamiento", con el fin de justificar su reducción de actividad.

Para Peral, la intención de la compañía británica es hacerse con el negocio de Iberia en 2015 y recuerda que antes d ela fusión BA reportaba pérdidas y que gracias a los activos de caja de la española ha desarrollado su negocio.

En concreto, ha apuntado que si Iberia no hubiera cedido vuelos a otras compañías del grupo como Vueling o Air Nostrum, la aerolínea habría reportado ganancias. Así, ha cifrado en 168 millones de euros los ingresos adicionales perdidos tras el traspaso de vuelos a la aerolínea con base en Barcelona y en 200 millones de euros la cesión de actividad a la franquiciada Iberia Regional.