¿España es igual a Eslovenia?

A raíz de haber sido imputada estos días la Infanta Cristina se ha hablado mucho de la marca España y el supuesto desgaste internacional que significaría, para ella, la situación. Unos dicen que el desgaste de la marca es tener imputado a un miembro directo de la Familia Real en un asunto como el "caso Nóos", mientras otros aseguran que el flaco favor a la marca sería, precisamente, que la justicia pasara de puntillas por encima de la igualdad jurídica de todos los españoles.

Pero al margen de la suerte que corran la Infanta Cristina y su marido, quizá la verdadera amenaza para la marca España -y para las empresas y trabajadores del país- sean las nuevas sombras de sospecha sobre su viabilidad económica. La Comisión Europea exige "medidas correctivas" para paliar los "desequilibrios" que se están produciendo a pesar de la austeridad: aumenta el desempleo (26%), se dispara la deuda pública por los altos tipos de interés que paga España para financiarse, las exportaciones se resienten (el turismo no entra, inexplicablemente, en esas cifras) y no se generan suficientes ingresos como para pagar las deudas contraídas.

La Comisión Europea tiene un suspenso preparado para España.

Y algo todavía más sangrante: las empresas siguen sin acceso al crédito, la inversión sigue bajo mínimos y las facturas acumuladas siguen sin poder pagarse. Parece claro que la situación es de parálisis.

¿No es todo esto un mazazo real y contundente para la marca España? Porque a pesar de los sacrificios, seguimos sentados en el último banco de la clase, al lado de un país como Eslovenia, el que corre más riesgo de pedir un rescate a la UE. Y siguen sentados muy cerca Irlanda, Portugal y Chipre.

Exámenes finales

España está suspendiendo sus exámenes finales... y en este caso, el término "finales" cobra un dramatismo real. Bruselas no reclamará más ajustes presupuestarios, está satisfecha con los recortes y subidas de impuestos. Pero el Gobierno no ha hecho sus deberes en el capítulo de las reformas: de las 72 normas que debían ser aprobadas antes de finalizar marzo, 41 todavía no lo han sido. Entre las que siguen pendientes se encuentra una nueva reforma de las pensiones, que la Comisión Europea exige con urgencia.

Eslovenia, cerca del rescate... y de España.

Claramente, seguimos, para Bruselas, en el pelotón de los torpes... a pesar de los esfuerzos realizados y aunque sea con posibilidades de mejora.

Alemania frena pero sigue creciendo

Y mientras los farolillos rojos de esta Europa partida en ricos y pobres nos esforzamos por aprobar el examen a toda costa, es un gusto ver cómo Alemania sigue a toda marcha. Es cierto que la economía alemana se ha desacelerado algo en los últimos meses, si tenemos en cuenta que su crecimiento fue del 7% en 2010 y del 3% en 2011. El año pasado el crecimiento del PIB alemán fue del 0,7% y se espera un modesto 0,4% para este año, aunque las previsiones mejoran para 2014 con un 1,6%. Y es que de momento, Alemania no conoce la crisis.

El sólido comportamiento económico de Alemania hace que sea una de las zonas más "calientes" en cuanto a inversión hotelera: los 391 hoteles en proyecto que hay en estos momentos suponen un total de 55.000 nuevas habitaciones. La estimación es que esto suponga una inversión superior a los 8.600 millones de euros. Tan sólo hasta final del año 2013, 130 nuevos hoteles abrirán en Alemania. Estamos hablando de un total de 16.800 nuevas habitaciones que se estrenarán en los próximos meses, 3.000 de ellas en Berlín (Alemania, un mercado candente para la inversión hotelera).

Angela Merkel lleva el timón de Alemania y el de la "nueva" Europa.

En lo concerniente al turismo, Alemania cerró 2012 con un récord de turistas por tercer año consecutivo y 406 millones de pernoctaciones, un 3% más que el año anterior. Las agencias de viajes alemanas facturaron un 9% más en 2012 y actualmente las reservas online crecen al ritmo de un 22% sobre el año pasado . Está claro que Alemania sigue siendo uno de los gigantes turísticos del mundo, también como mercado emisor, aunque se haya visto superado recientemente por China en cuanto a gasto turístico.

Alemania sigue siendo el principal mercado emisor de turistas hacia España (este año las reservas crecerán un 4%), y para todos está claro que es quien dicta las normas en esta “nueva” Europa partida entre ricos aplicados y pobres con suspenso. Pero aunque Bruselas siga empujando negros nubarrones sobre nuestras cabezas, hay una serie de cosas que no podemos olvidar.

La marca España resiste

La que me parece más importante en estos momentos es doble, y es que a pesar de todo, la marca turística España es la segunda mejor del mundo, sólo por detrás de la marca EEUU. Y que, por otro lado, España es el cuarto país en competitividad turística del mundo, por detrás de Suiza y Alemania.

A pesar de todo, la marca España sigue cautivando.

Tampoco podemos olvidar que a pesar de los impuestos al turismo, las tasas nuevas, viejas y remezcladas y el afán recaudatorio que está soportando el sector en el ámbito estatal, en el autonómico y en el municipal, el turismo es el sector líder en exportaciones por valor de 43.306 millones de euros, algo que ignora el Gobierno porque sencillamente, no considera como una exportación el gasto que realiza en España un turista extranjero. Rajoy desprecia así uno de los pocos motivos que tiene para la alegría económica.

El paro es alto, claro está, porque supera los cinco millones de personas (seis millones según la Encuesta de Población Activa), pero en marzo bajó por primera vez desde 2008 gracias al sector servicios. Sea como sea, está claro que el turismo tendrá mucho que ver en la recuperación económica de España. Según el profesor Manuel Figuerola, puede demostrarse que es el turismo uno de los factores determinantes y eficientes para conseguir a medio plazo, en no más de tres años, incorporar directa e indirectamente más de 400.000 puestos de trabajo. "Solo debemos crecer en turismo en términos constantes, anualmente el 7%", señala.

España recibió 57,9 millones de turistas en 2012, un 3% más que en el año anterior, con un crecimiento del 5,9% del gasto turístico, hasta los 55.777 millones de euros. El turismo dio trabajo al 11,9% del total de ocupados de la economía española.

Ni la imputación de la Infanta Cristina, ni los casos de corrupción según Carlos Espinosa de los Monteros, Alto Comisionado para la marca España ni, seguramente, los suspensos de Bruselas, su severidad y sus castigos, están afectando al parecer a la marca España, que sigue atrayendo a millones de turistas.

Está claro que todavía queda mucho por hacer y mejorar, pero, a pesar de todo, ¿será que estamos haciendo algo bien?